Un policía murió y otro resultó herido este viernes después de que un vehículo los embistiera en uno de los accesos al perímetro vallado del Capitolio de Estados Unidos, blindado y en alerta máxima, tres meses después de la violenta toma perpetrada por partidarios del expresidente Donald Trump.
El incidente ocurrió a las 13H02 (17H02 GMT) cuando el sospechoso atropelló a los dos agentes que custodiaban la barrera norte del Capitolio, dijo el jefe de la policía del Congreso, Yogananda Pittman.
El sospechoso salió del vehículo con un cuchillo en la mano y no respondió a las advertencias verbales que le hicieron los agentes presentes en el lugar, tras lo cual éstos le dispararon.
“Uno de nuestros agentes sucumbió a sus heridas”, dijo Pittman en una rueda de prensa, sin identificar al agente fallecido.
Las autoridades aún no han facilitado ninguna información sobre el conductor del vehículo, que según los medios estadounidenses murió en el ataque.
Por el momento, las autoridades no consideran el incidente como un acto relacionado con el “terrorismo” e indicaron que no hay “una amenaza en curso”.
El suceso “no parece estar relacionado con el terrorismo, pero tenemos que seguir investigando para ver si hay alguna relación de este tipo”, dijo a la prensa Robert Contee, jefe de la policía del Distrito de Columbia. “Tenemos que entender la motivación detrás de este acto sin sentido”, añadió.
Las imágenes de televisión mostraban un coche azul que se había estrellado contra la barrera de seguridad en una de las calles que llevan al Congreso de Estados Unidos. También mostraban a dos personas en camilla, que parecían ser los agentes heridos.
Tras lo ocurrido este viernes, el Capitolio y los edificios adyacentes estaban cerrados. De todos modos, el Congreso estaba en receso por Semana Santa, por lo que había menos personal en el lugar.
Este incidente se produce después del violento asalto al edificio del Capitolio perpetrado el 6 de enero por partidarios de Trump que querían interrumpir la certificación de las elecciones.
El grupo pretendía impedir la oficialización de los resultados de las elecciones de noviembre en las que Joe Biden se impuso a Trump, después de que el ex líder republicano afirmara sin pruebas que hubo fraude en los comicios.
En los incidentes de enero murieron cinco personas, entre ellas un agente de la Policía del Capitolio.
Desde entonces, los máximos responsables de seguridad han advertido de que existe una amenaza por parte de grupos de extrema derecha y partidarios del ex presidente Trump.
Tras el asalto al Congreso, las autoridades levantaron una barrera y cerraron un amplio perímetro alrededor del Capitolio, pero en los últimos días comenzaron a reducir la zona vallada y a abrir el tráfico.
El congresista Peter Meijer pidió en Twitter “rezar” por los agentes de la Policía del Capitolio y el personal de emergencias en el lugar.
“Estamos tratando de entender la situación que se está desarrollando en el Capitolio en este momento”, dijo el congresista.
Tras el atropello, un gran contingente de agentes y vehículos de la Guardia Nacional se movilizó en el lugar y un helicóptero aterrizó en la zona.