En medio de la escalada bélica entre el Estado de Israel y Hamás, llega la historia de una mujer árabe que ahora puede continuar con su vida gracias a un riñón que le ha donado la familia de un judío que murió en los enfrentamientos entre ambas comunidades.
Según la CNN, la semana pasada, mientras los ojos del mundo contemplaban conmocionados el intercambio de cohetes entre Israel y Hamás, Randa Aweis, una mujer árabe de 58 años, recibió una llamada en la que se le informaba de que había un riñón disponible para el trasplante que necesitaba.
Aweis llevaba nueve años luchando contra una enfermedad renal que la obligaba a dializarse. Cuando entró en el quirófano, no tenía ni idea de dónde procedía el órgano que le permitiría seguir adelante con su vida.
Yigal Yehoshua fue el judío del que Aweis recibió un riñón después de ser hospitalizado tras resultar gravemente herido en los enfrentamientos entre israelíes y palestinos en las ciudades mixtas de Israel.
Lo ocurrido en la ciudad de Lob, así como en otras ciudades, donde el conflicto entre el Estado israelí y Palestina se extrapoló a enfrentamientos entre ciudadanos que hasta hace unas semanas compartían las calles, es la consecuencia más absurda de una escalada bélica que no se veía en el país desde hace años.
En el funeral de Yehoshua, su hermano compartió que “creía en la convivencia”.
“No hiciste nada malo. Pagaste con tu vida y diste vida a otras personas. Serás bendecido“, fueron las palabras que el hermano de Yehoshua le dedicó en su despedida.
Tras recibir el riñón y conocer su origen, Randa Aweis comenta que creció en una comunidad mixta en la propia Jerusalén, donde judíos y árabes conviven en paz a diario.
“Allí no había racismo. Ni por parte de los judíos, ni por parte de los árabes. Crecí con judíos. Nuestros hijos crecieron con judíos“, comentó Aweis.
El director de trasplantes, Abed Khalaeileh, palestino nacido en Jerusalén, se sumó a esta opinión, comentando que él y sus colegas simplemente tratan a los pacientes como seres humanos iguales.
Aweis comentó que, aunque ya ha hablado con la familia de Yehoshua para darles las gracias, en cuanto salga del hospital lo primero que hará será visitarles para darles las gracias de nuevo.
Randa Aweis lanza, desde la cama del hospital donde se recupera del trasplante, un mensaje para judíos y árabes: “Debemos vivir juntos. Deberíamos tener paz. Deberíamos ser felices”.
Mientras tanto, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y Hamás acuerdan finalmente un cese de hostilidades, con los ojos del mundo puestos en una escalada de violencia que no se veía desde hace años en el país de Oriente Medio.