Estados Unidos vivió uno de los fines de semana más violentos en la celebración del 4 de julio, Día de la Independencia, ya que al menos 233 personas murieron en episodios de violencia armada en más de 500 tiroteos.
Según datos extraídos por la CNN de Gun Violence Archive, una plataforma que recopila acciones de agresiones armadas en todas las ciudades del país, estos sucesos se enmarcan en un clima de aumento de la violencia al que se enfrentan en los últimos meses algunas de las principales ciudades estadounidenses.
El año pasado, durante el mismo periodo se produjeron 314 tiroteos mortales con 751 heridos, según la GVA.
En Nueva York, donde la violencia con armas de fuego ha aumentado en los últimos meses hasta niveles no vistos en años, hubo 26 víctimas mortales en 21 tiroteos entre el viernes y el domingo.
Sin embargo, se trata de un descenso con respecto al mismo periodo del año pasado, cuando 30 personas recibieron disparos en 25 tiroteos, según la policía de Nueva York.
Sólo el 4 de julio se produjeron en la ciudad 12 tiroteos con 13 víctimas, lo que supone un aumento respecto al año pasado, cuando hubo ocho tiroteos y ocho víctimas, según las fuentes.
En lo que va de año, los incidentes de violencia con armas de fuego en Nueva York se han disparado casi un 40% en comparación con el mismo periodo de 2020, con 767 tiroteos y 885 víctimas.
En Chicago, otra de las ciudades más grandes del país, 83 personas fueron tiroteadas, 14 de las cuales murieron, durante el periodo vacacional. Cabe destacar que entre los fallecidos había un miembro de la Guardia Nacional del Ejército de Illinois.
La CNN señala, sin embargo, que a diferencia de otras ciudades que están experimentando un aumento de los delitos violentos, la tasa de homicidios en Chicago hasta junio es un 2% menor que en el mismo periodo de 2020. Sin embargo, el número total de víctimas sigue siendo un 14% mayor.
La razón del descenso fue un junio menos violento, ya que Chicago registró un descenso del 20% en los homicidios en comparación con el año pasado (78 en lugar de 98), un descenso del 13% en los tiroteos (363 en comparación con 416) y un descenso del 8% en las víctimas de tiroteos (499 frente a 540).
También se produjeron varios tiroteos masivos durante el fin de semana festivo, incidentes definidos como aquellos que dejan cuatro o más personas muertas o heridas por disparos, excluyendo al agresor.
Entre ellos, ocho personas resultaron heridas la madrugada del domingo en un tiroteo cerca de un lavadero de coches en Fort Worth (Texas), tras una discusión entre un grupo de hombres, según informó la policía de esa localidad.
En Norfolk (Virginia), cuatro niños resultaron heridos por disparos el viernes por la tarde, entre ellos una niña de 6 años que, según los informes iniciales, presentaba lesiones que ponían en peligro su vida, pero que ahora se encuentra en estado estable, según la policía de esa localidad.
Entre las víctimas también había un chico de 14 años, una chica de 16 y un chico de la misma edad. Se espera que todos se recuperen completamente. La policía de Norfolk ha dicho que los detectives han detenido a un chico de 15 años acusado de estar relacionado con el tiroteo.
Además, un joven de 17 años murió y otras 11 personas resultaron heridas en un tiroteo en una fiesta callejera a la que asistieron varios cientos de personas en Toledo (Ohio) el domingo por la noche.
|| Con información de EFE