Los hematomas, conocidos popularmente como moretones, cardenales o morados, son áreas de color oscuro que se forman en la piel cuando tiene lugar un sangrado bajo su superficie. Se producen cuando los vasos sanguíneos se rompen, pero la piel permanece intacta, lo que permite que una pequeña cantidad de sangre se filtre a los tejidos que se encuentran debajo de ella.
Los hematomas suelen estar causados por traumatismos, como caídas, lesiones deportivas, accidentes de tráfico, golpes o agresiones. También pueden ser causados por trastornos de coagulación, debilidad de la pared de los vasos sanguíneos o el uso de ciertos medicamentos que alteran la coagulación.
Existen tres tipos de hematomas: subcutáneo, intramuscular y perióstico. Los hematomas subcutáneos son los más comunes y suelen ser leves, mientras que los hematomas periósticos son más graves y dolorosos, ya que afectan al hueso.
Tipos de hematomas y sus características
Los hematomas son lesiones comunes que ocurren cuando los vasos sanguíneos se rompen y la sangre se acumula en los tejidos. A continuación, se presentan los diferentes tipos de hematomas y sus características:
1. Hematoma subcutáneo: Este tipo de hematoma se encuentra debajo de la piel. Se caracteriza por una decoloración de la piel, que ocurre cuando pequeños vasos sanguíneos se rompen y la sangre se filtra en el tejido blando que se encuentra debajo de la piel.
2. Hematoma intramuscular: El hematoma intramuscular se localiza en el músculo subyacente. También se produce cuando los vasos sanguíneos se rompen, pero en este caso, la sangre se filtra dentro del músculo, causando dolor e inflamación en el área afectada.
3. Hematoma perióstico: Este es el tipo más grave y doloroso de hematoma, ya que se encuentra en el hueso. Generalmente ocurre como resultado de un traumatismo severo y puede requerir atención médica inmediata.
Además de las características específicas de cada tipo de hematoma, los síntomas comunes incluyen dolor, inflamación y decoloración de la piel. Los hematomas suelen cambiar de color a medida que sanan, pasando del rojo rosáceo al azuloso, luego al amarillo verdoso y finalmente volviendo al color normal de la piel.
Es importante señalar que los hematomas pueden ser causados por caídas, lesiones deportivas, accidentes automovilísticos o golpes recibidos de otras personas u objetos. Tomar anticoagulantes también puede aumentar la facilidad para presentar hematomas. En caso de sufrir un hematoma, se recomienda aplicar hielo en el área afectada, mantenerla elevada, descansar y utilizar paracetamol para aliviar el dolor.
Para prevenir los hematomas, es crucial enseñar a los niños normas de seguridad, tener cuidado para evitar caídas en el hogar, utilizar cinturones de seguridad en los vehículos y utilizar el equipo adecuado al practicar deportes.
Síntomas de los hematomas en el cuerpo
Los hematomas en el cuerpo pueden causar varios síntomas, como dolor, inflamación, enrojecimiento y sensación de esponjosidad, gomosidad o grumosidad en la piel. Estos síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del hematoma. Por ejemplo, los hematomas superficiales pueden ser visibles debajo de la piel o de las uñas, mientras que los hematomas más profundos pueden no ser visibles a simple vista.
Además de los síntomas mencionados anteriormente, cada tipo de hematoma puede presentar síntomas adicionales. Por ejemplo, un hematoma subdural, que se produce debajo de la duramadre del cerebro, puede causar dolores de cabeza, confusión, mareos y vómitos. Por otro lado, un hematoma epidural, que se forma entre la duramadre y el cráneo, puede provocar debilidad, confusión y somnolencia.
Es crucial tener en cuenta que algunos hematomas pueden requerir atención médica inmediata. Por ejemplo, si experimentas un hematoma subungueal, es decir, debajo de la uña, y tienes dolor punzante, amoratamiento de la uña y sensación de presión, debes buscar atención médica de inmediato. Asimismo, si tienes un hematoma hepático, que se produce en el hígado, y experimentas dolor abdominal, náuseas y sensación de estar lleno incluso después de haber comido muy poco, se recomienda buscar atención médica.
Causas de los hematomas en el cuerpo
Los hematomas son lesiones cutáneas que se producen cuando los vasos sanguíneos se dañan y la sangre se acumula debajo de la piel. Las causas de los hematomas en el cuerpo son diversas y pueden variar en cada persona. A continuación, se presentan las causas más comunes:
- Envejecimiento: A medida que aumenta la edad, es común que se produzcan moretones con facilidad. Esto se debe a que la piel se vuelve más delgada y pierde parte de la capa protectora de grasa que ayuda a proteger los vasos sanguíneos de las lesiones.
- Medicamentos: Algunos medicamentos pueden contribuir a la fácil aparición de moretones al reducir la capacidad de coagulación de la sangre. Entre ellos se encuentran la aspirina, el ibuprofeno, el naproxeno sódico, los medicamentos anticoagulantes y los agentes antiplaquetarios. Algunos antibióticos, antidepresivos y suplementos alimenticios como el gingko biloba también pueden favorecer la formación de moretones debido a su efecto anticoagulante.
- Corticoides: Los corticoides tópicos y sistémicos utilizados para el tratamiento de diferentes afecciones pueden afinar la piel, lo que hace que los moretones se formen con más facilidad.
- Violencia doméstica o abuso: La violencia doméstica o el abuso también pueden ser una causa grave de moretones.
Estas son solo algunas de las causas más comunes de los hematomas en el cuerpo. Es significativo tener en cuenta que si los moretones son frecuentes, grandes o aparecen sin razón aparente, se debe consultar a un proveedor de atención médica. Además, si se presentan moretones con facilidad y se tienen antecedentes de sangrado excesivo, problemas de coagulación o antecedentes familiares de aparición de moretones o sangrado con facilidad, también se debe buscar atención médica. Podrían ser signos de un problema más grave relacionado con la coagulación de la sangre.
Diagnóstico de los hematomas en el cuerpo
El diagnóstico de los hematomas depende de la causa y de si ha habido o no traumatismo. En primer lugar, se realizará una valoración física y clínica de la zona afectada para evaluar la gravedad del hematoma y descartar posibles complicaciones. Durante esta evaluación, el médico buscará signos como inflamación, dolor y cambios en el color de la piel.
Además de la valoración física, puede ser necesario realizar diferentes pruebas complementarias para determinar la extensión y el impacto del hematoma. Entre las opciones más comunes se encuentran:
- Radiografía: Permite evaluar si hay lesiones óseas asociadas al hematoma.
- Ecografía: Ayuda a identificar posibles lesiones musculares o de algún órgano cercano al hematoma.
- Análisis de sangre: Se realiza para descartar enfermedades hematológicas como la hemofilia o la leucemia, que pueden predisponer a la formación de hematomas.
- Resonancia magnética y TAC: Estas pruebas proporcionan imágenes más detalladas del área afectada, lo que permite una evaluación más precisa de la lesión.
En los casos más graves de hematomas, especialmente aquellos en los que pueda estar implicado un órgano o un vaso sanguíneo mayor, se requerirá un ingreso hospitalario para una atención más especializada y el seguimiento adecuado. Durante la hospitalización, se podrán realizar pruebas más específicas para evaluar el estado del hematoma y determinar el tratamiento más adecuado.
Tratamiento de los hematomas en el cuerpo
El tratamiento de los hematomas en el cuerpo puede variar dependiendo de la gravedad de la lesión. En la mayoría de los casos, los hematomas son lesiones menores que se pueden tratar en casa con métodos simples de cuidado personal. Aquí te presentamos una descripción general de las opciones de tratamiento disponibles, que incluyen medidas de autocuidado e intervenciones médicas.
- Terapia de hielo: Aplicar hielo inmediatamente después de la lesión puede ayudar a reducir el flujo de sangre alrededor del área afectada. Se recomienda enfriar los vasos sanguíneos durante 10 minutos a la vez, con intervalos de 20 minutos antes de volver a aplicar.
- Calor: Aplicar calor puede mejorar la circulación y aumentar el flujo sanguíneo, lo que ayuda a eliminar la sangre atrapada después de que el moretón se ha formado. Puedes utilizar una almohadilla térmica, una botella de agua caliente o tomar un baño caliente.
- Compresión: Envolver el área con moretones con una venda elástica puede ayudar a apretar los tejidos y evitar que los vasos sanguíneos fluyan. La compresión puede reducir la severidad del moretón, así como el dolor y la hinchazón.
- Elevación: Elevar el área con moretones por encima del nivel del corazón puede aliviar el dolor y drenar los líquidos fuera del área afectada. También ayuda a reducir la presión y compresión.
- Árnica: El ungüento o gel de árnica, una hierba homeopática, puede reducir la inflamación y la hinchazón de los moretones. Se puede aplicar varias veces al día de forma tópica o tomar árnica oralmente.
- Crema de vitamina K: La crema de vitamina K, que ayuda con la coagulación, puede reducir la gravedad del moretón. Se recomienda aplicar suavemente la crema al menos dos veces al día.
- Aloe vera: El aloe vera ha demostrado reducir el dolor y la inflamación. Se puede aplicar tópicamente al área afectada, asegurándose de usar un gel puro de aloe vera.
- Vitamina C: La vitamina C tiene propiedades antiinflamatorias y puede promover la curación de heridas. Se puede aplicar tópicamente a través de geles, cremas o ceras, o tomarla como suplemento. También se recomienda consumir suficientes frutas y vegetales frescos.
- Piña: La bromelina, una mezcla de enzimas presente en la piña, puede ayudar a reducir la gravedad del moretón y la inflamación. Se puede consumir piña, tomar suplementos de bromelina o aplicarla tópicamente como crema.
- Consuelda: La crema de consuelda, derivada de una planta utilizada para tratar dolencias de la piel y la inflamación, puede ser utilizada para tratar los moretones. Se recomienda aplicarla al moretón un par de veces al día o hacer compresas con hojas secas de consuelda.
Es fundamental tener en cuenta que los moretones pueden necesitar varias semanas para curarse y que se debe descansar el cuerpo para permitir una curación adecuada. Si los síntomas persisten después de tres días, si se desarrolla una protuberancia sobre el moretón, si aparecen moretones sin motivo aparente o si se observa sangre en la orina o las heces, se debe consultar a un médico, ya que estos pueden ser síntomas de una lesión más grave.
Cómo prevenir la aparición de hematomas en el cuerpo
Los hematomas son lesiones que se producen cuando se rompen los vasos sanguíneos y la sangre se filtra en el tejido blando debajo de la piel. Aunque no se puede prevenir completamente la aparición de hematomas, existen medidas que se pueden tomar para reducir su frecuencia y gravedad.
- Tomar vitaminas y suplementos: Algunas vitaminas, como la vitamina E, el ginseng y el omega-3, pueden mejorar la circulación sanguínea y fortalecer los vasos sanguíneos, lo que puede ayudar a prevenir los hematomas. Además, el uso de suplementos como la árnica puede acelerar la curación de los hematomas existentes.
- Alimentación saludable: Una alimentación equilibrada y rica en ciertos nutrientes puede ayudar a prevenir los hematomas. Consumir alimentos ricos en bioflavonoides, como naranjas, uvas y judías verdes, puede fortalecer los vasos sanguíneos y reducir la probabilidad de sufrir hematomas. También se recomienda aumentar el consumo de pescado, pollo, huevos y nueces, que son ricos en proteínas y contribuyen a la salud de los vasos sanguíneos.
- Protección durante actividades físicas: Utilizar equipos de protección adecuados durante actividades deportivas y físicas puede ayudar a prevenir lesiones y, en consecuencia, la aparición de hematomas. Por ejemplo, usar casco, rodilleras y protectores en deportes de contacto puede reducir el riesgo de golpes y contusiones.
Además de estas medidas, es clave tener en cuenta que, si se sufre un golpe o lesión, se deben tomar acciones inmediatas para reducir la aparición de hematomas. Aplicar hielo en el área afectada lo más pronto posible, mantener la zona elevada por encima del nivel del corazón y evitar posturas que sobrecarguen la zona afectada pueden ayudar a minimizar la aparición y el dolor de los hematomas.
Cuándo buscar atención médica por un hematoma
Si tienes un hematoma y te preguntas cuándo buscar atención médica, es significativo prestar atención a ciertos síntomas. Si experimentas dolor o hinchazón en aumento, o si el hematoma está en un brazo o una pierna y la extremidad se pone fría, azulada, entumecida o con hormigueo, debes llamar inmediatamente a tu proveedor de atención médica. Estos cambios en la temperatura y sensibilidad pueden ser señales de un problema más grave.
Otra razón para buscar atención médica de inmediato es si notas señales de infección alrededor del hematoma. Si sientes calor, supuración o aumento del enrojecimiento o del dolor en la contusión, es posible que haya una infección presente. En este caso, es crucial que un profesional médico evalúe la situación y determine el tratamiento adecuado.
Además, si experimentas incapacidad para mover la zona lesionada o la parte del cuerpo afectada por el hematoma, es fundamental buscar atención médica. La inmovilidad puede indicar una lesión más grave en los tejidos o en los huesos subyacentes. También, si el hematoma está cerca del ojo y tienes problemas en la vista o el ojo, debes buscar atención médica inmediata para evitar cualquier complicación ocular.
Por último, si presentas hematomas frecuentes sin motivos conocidos, es clave que consultes a un médico. Los hematomas recurrentes pueden ser un signo de una afección subyacente, como un trastorno de la coagulación sanguínea, que requiere evaluación y tratamiento médico adecuados.
Complicaciones de los hematomas en el cuerpo
Los hematomas son acumulaciones de sangre debajo de la piel que pueden ocurrir como resultado de lesiones o golpes. Aunque generalmente son inofensivos y desaparecen por sí solos, en algunos casos pueden ocasionar complicaciones. Estas complicaciones pueden incluir:
- Trastornos de la coagulación: Algunas personas pueden sufrir trastornos que les causan hematomas o sangrado con demasiada facilidad. Los pacientes con hemofilia, por ejemplo, pueden sangrar en el interior de sus articulaciones o músculos, lo cual puede ser grave e incluso causar la muerte. Además, pueden presentarse otros síntomas como hemorragia nasal inexplicada, sangrado menstrual excesivo o prolongado, sangrado prolongado después de cortes menores o procedimientos dentales, y manchas cutáneas sin explicación.
- Anomalías en los factores de coagulación: Para detener el sangrado de los vasos sanguíneos lesionados, son necesarios tres elementos: plaquetas, factores de coagulación y el estrechamiento de los vasos sanguíneos. Una anomalía en cualquiera de estos factores puede llevar a un sangrado o hematomas excesivos. Por ejemplo, la disminución de la actividad de los factores de coagulación, como en el caso de la hemofilia o los trastornos del hígado, puede causar sangrado y hematomas.
- Trastornos de las plaquetas: Los trastornos de las plaquetas, como la disminución del número de plaquetas (trombocitopenia), el exceso de plaquetas y la función plaquetaria defectuosa, pueden causar hematomas y sangrado excesivos. Estos trastornos suelen manifestarse inicialmente con pequeños puntos rojos o morados en la piel, que pueden evolucionar a sangrado si el trastorno empeora.
- Defectos en los vasos sanguíneos: Los defectos en los vasos sanguíneos pueden causar manchas rojas o moradas y moteado en la piel en lugar de hemorragia. Estos defectos pueden hacer que la piel y los vasos sanguíneos sean más frágiles, lo que puede resultar en hematomas excesivos o tras traumatismos menores.