LIMA. Una semana después de las elecciones presidenciales, Perú sigue sin conocer al ganador oficial de los comicios, con el izquierdista Pedro Castillo convertido, hasta ahora, en el candidato más votado y la derechista Keiko Fujimori centrada en sus denuncias de “fraude en las urnas”.
Desde la noche del 6 de junio, cuando se supo que ambos candidatos habían obtenido prácticamente el 50 por ciento de los votos, la tensión política no ha disminuido y amenaza, más bien, con poner en peligro la legitimidad de quien finalmente sea proclamado gobernante para el periodo 2021-2026.
Ayer, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) informó que las cifras del recuento de votos escrutados habían alcanzado el 99,935 por ciento, con una ventaja de 49.420 votos para Castillo sobre Fujimori.
En votos válidos, esto representa el 50,14 por ciento para Castillo y el 49,86 por ciento para Fujimori.
El pequeño porcentaje de votos, que ya ha sido procesado pero que aún no ha sido contabilizado, está compuesto por 56 actas de escrutinio que aún deben ser revisadas por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) por si hubiera algún error material, impugnación o falta de firmas, entre otras cuestiones.
Sin embargo, su conclusión al 100% no implicará la promulgación inmediata del ganador de los comicios, ya que aún hay que esperar la revisión de todos los pedidos de nulidad de las actas electorales, la mayoría de los cuales fueron presentados por Fujimori.
Mientras se resuelven estos pedidos, la tensión es palpable en todo el país, con manifestaciones y marchas de protesta de simpatizantes de ambos partidos.
Fujimori encabezó la noche del sábado un mitin ante miles de personas que marcharon por el centro de Lima para expresar su rechazo al “fraude en las urnas”.
En la vecina orilla, los seguidores de Castillo acusaron al fujimorismo de querer torcer la voluntad del pueblo, afirmaron que se debe preservar el voto de miles de personas en las zonas rurales del país y advirtieron que Fujimori busca retrasar el recuento.