¿Te has preguntado alguna vez si la Tierra es completamente plana? La respuesta es no. Y hoy vamos a hablar de uno de los accidentes geográficos más fascinantes: las depresiones geográficas.
A diferencia de la superficie de una mesa, la Tierra tiene altibajos, como esas montañas rusas que te hacen gritar hasta el punto de no poder hablar por un rato. Solo que en lugar de ser emocionantes, las depresiones geográficas son una muestra de la vulnerabilidad de nuestro planeta. Estas zonas están hundidas en relación al territorio inmediato o circundante.
Específico y variado
Las depresiones geográficas pueden ser secas, áridas o completamente encharcadas, dependiendo de la región. Pueden tener causas múltiples, incluyendo movimientos de placas tectónicas, erosión, actividad volcánica, entre otros.
Pero, ¿qué es exactamente una depresión geográfica? Es un área del relieve de la Tierra que se encuentra a una altura menor respecto de las regiones circundantes. Y dependiendo de su posición, existen dos tipos de depresiones: las relativas y las absolutas.
Relativas y absolutas
En las depresiones geográficas relativas, el terreno está rodeado de un área de mayor altitud, pero siempre por encima del nivel del mar. Es el caso de la Gran Cuenca en los Estados Unidos y la Cuenca del Tarim en China.
En cambio, las depresiones geográficas absolutas están situadas por debajo del nivel del mar. Algunos ejemplos son el Mar Caspio, el Valle de la Muerte en Estados Unidos y el Valle del Jordán en el Mar Muerto.
Por qué se forman las depresiones
Las depresiones geográficas pueden ser el resultado de diversos factores, como los movimientos en las placas tectónicas, la acomodación del relieve montañoso, las oscilaciones en el suelo o las aguas subterráneas, las fallas en la estructura geológica, entre otros. En algunos casos, las depresiones pueden ser causadas por la existencia de depósitos de agua subterráneos.
Otras veces, las cuencas endorreicas -las zonas en las que el agua no tiene salida hacía el océano y se acumulan sales- pueden dar lugar a depresiones geográficas. También, los glaciares pueden dejar depresiones geográficas después de que se derriten y dejan huecos en el terreno.
Pero no todo es natural: la actividad humana también puede generar depresiones geográficas. La explotación de recursos minerales subterráneos o el aterramiento de terrenos podrían ser ejemplos de ella. Y no, el hecho de que no puedas verlas a simple vista no significa que no estén allí.
El tamaño sí importa
El tamaño de las depresiones puede variar desde pocos metros de diámetro hasta estructuras continentales. Algunos de los casos más conocidos son el ya mencionado Mar Caspio, la Gran Cuenca en los Estados Unidos y la depresión en la República de Níger.
La Gran Cuenca, por ejemplo, tiene una superficie de unos 500.000 km². Y el Mar Caspio, que aunque no todo el mundo lo considere un mar (algunos le dicen lago), tiene una superficie de unos 372.000 km². Para que te hagas una idea, eso es más grande que países como Alemania y Pakistán.
Un mundo chueco, pero interesante
En resumen, las depresiones geográficas son una muestra de la versatilidad y diversidad del mundo en el que vivimos. Desde las grandes cuencas continentales hasta las zonas encharcadas por el agua, estos accidentes geográficos pueden ser objetos de interés turístico y comercial.
Así que la próxima vez que viajes, piensa en las depresiones geográficas y recuerda que, aunque la Tierra no sea completamente plana, es un lugar fascinante que todavía guarda muchos secretos y sorpresas.