Existe un tema que, a pesar de ser tabú, no deja de despertar curiosidad en el fondo de nuestras mentes: el canibalismo y su práctica en nuestra especie. ¿A qué sabe la carne humana? La pregunta puede resultar escalofriante e incluso repulsiva, pero la realidad es que, a lo largo de la historia, se han dado casos de personas que no solo han llegado a comer carne de su propia especie, sino que incluso han opinado sobre su sabor en entrevistas y relatos. Les invito a un viaje insólito por el paladar de lo prohibido, adentrándonos en testimonios de individuos que han dejado de lado las restricciones culturales y éticas para sumergirse en el antropofagismo.
El sabor de lo prohibido
Es llamativo que, a pesar de tratarse de un tema con tan fuertes connotaciones, ciertos individuos han llegado incluso a describir el sabor de la carne humana. Según asesinos seriales y caníbales polinesios, el sabor de nuestra carne sería similar al de la carne de cerdo, aunque un poco más fuerte. Teniendo en cuenta que la carne humana es considerada una carne roja debido a la presencia de mioglobina en los músculos, en cierto sentido, el hecho de que tenga un sabor compartido con otras carnes rojas podría no ser tan sorprendente.
El escritor y periodista William Seabrook, por su parte, relató su experiencia en África durante los años 20, en donde tuvo la oportunidad de probar carne humana en una expedición. Según él, dicha carne tenía un sabor similar al de la ternera, otro de los integrantes del amplio abanico de carnes rojas.
Preparación culinaria y textura
El sabor de la carne humana también puede variar según cómo se cocine o prepare. La forma en que se cocina influye tanto en su sabor como en su textura. Esto es perfectamente lógico si consideramos que lo mismo sucede con otras carnes: no sabe igual un pollo frito que uno asado, aunque el ingrediente principal sea el mismo.
El camino hacia el canibalismo
Aunque no existe ninguna toxina que impida el consumo de carne humana, numerosas razones culturales, éticas y religiosas nos repelen de esta práctica impensable. El canibalismo en la actualidad está prácticamente reducido a costumbres culturales muy minoritarias y casos extremos de sociopatía.
Ejemplo de ello es el caso de Omaima Nelson, quien tras matar y cocinar a su esposo, describió su carne como “tan dulce, tan deliciosa”. Este horrendo acto sirve como contrapunto para entender cómo la práctica del canibalismo se aleja de la realidad de la mayoría de las personas.
¿Adónde nos lleva Hannibal Lecter?
Alcanzando la cultura popular, también encontramos personajes literarios relacionados con el canibalismo, como el famoso Hannibal Lecter. A pesar de tratarse de una figura ficticia, Hannibal ha dejado una huella en la sociedad, que se alarma al asomarse al abismo de lo que podría ser un mundo caníbal.
El caníbal de Rotemburgo: una oscura visión de la antropofagia
Uno de los casos más famosos de canibalismo en la historia reciente es el de Armin Meiwes, conocido como el caníbal de Rotemburgo. Meiwes publicó un anuncio en el que buscaba a alguien dispuesto a ser asesinado y consumido, y Bernd Juergen Brandes fue quien respondió a esta llamada.
Lo que siguió en marzo de 2001 fue un episodio cargado de violencia, perversión y morbosidad en Rotemburgo, Alemania. Meiwes se contactó con Brandes, quien sufría de depresión y pidió ser comido vivo.
A partir de la ingesta de pastillas para dormir y alcohol, Brandes se autoamputó el pene. Meiwes lo cocinó para que ambos pudieran comerlo. Después, apuñaló a Brandes y lo mató antes de cortar su cuerpo en trozos y consumirlos poco a poco durante 10 meses.
El hombre que habló con la boca llena
El caníbal de Rotemburgo ha llegado a declarar en entrevistas que la carne humana sabe a cerdo, solo que un poco más ácida y fuerte. Meiwes fue juzgado en 2004 por homicidio y condenado a cadena perpetua. Pero antes de ser capturado, afirmó que había al menos 800 caníbales activos en Alemania.
Esta afirmación fue desestimada en un principio, pero con el tiempo se reveló que Meiwes había recibido ofertas de al menos 204 voluntarios para ser devorados. La realidad parecía asomarse a un lado mucho más oscuro y perturbador de la humanidad del que podría haber sido imaginado.
Entrevista con un caníbal: el testimonio que desgarró corazones… y muchos más órganos
En el documental Entrevista con un caníbal, Armin Meiwes aparece frente a las cámaras y relata su historia. Esta producción, realizada por Stampfwerk, muestra imágenes del desmembramiento que fueron obviadas por los responsables por su fuerte contenido. Incluso hoy, el morbo y la curiosidad se mezclan con el horror al escuchar las declaraciones de alguien que probó la carne de otro ser humano y eligió describirlo.
Conclusiones difíciles de digerir
A menudo se dice que somos lo que comemos. Sin embargo, es difícil imaginar cómo se vería nuestro mundo si el tabú del canibalismo desapareciera, aunque solo fuera entre ciertas personas. Quizás, después de todo, lo importante no es la respuesta a la pregunta “¿a qué sabe la carne humana?”, sino el misterio de la mente humana en sí, con sus extremos y contradicciones.