Si alguna vez te has enfrentado al enigma de la picazón en áreas nobles, si te has preguntado qué ocultan tus intestinos o simplemente llevas tiempo haciendo ciertas preguntas incómodas… Descuida, estás en el lugar correcto. Hoy nos adentraremos en un mundo lleno de seres casi invisibles, pero que habitan con y dentro de nosotros. Prepárense para descubrir las pistas para saber si tengo parásitos.
¿Contraseñas de Javascript o las contraseñas de nuestros cuerpos?
Al igual que una página web te puede hacer la vida imposible si no tienes activado Javascript, nuestros organismos no están exentos de tener ciertas barreras. En el caso de los parásitos intestinales, debemos activar nuestra atención y seguir ciertos indicativos para no dejar pasar inadvertida su presencia.
Así como es necesario que activemos funciones en nuestra vida digital, también lo es conocer nuestro cuerpo para no dejar que lo habiten inquilinos no deseados. Por ejemplo, los huevos de oxiuros pueden ser transmitidos fácilmente entre los niños en edad escolar, quienes, ¡ay! por no mantener algunas medidas de prevención, fomentan la reproducción de estos molestos visitantes.
El mundo de los parásitos: invisibles pero omnipresentes
Inquietante pero cierto: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la quinta parte de la población mundial está infectada por uno o varios parásitos intestinales. Pero, ¿qué son exactamente estos seres vivientes? Un parásito es un organismo que vive y se alimenta a expensas de otro, obteniendo en el proceso nutrición y morada. Y, como buenos intrusos, tienden a resultarnos incómodos.
El caso argentino: una población en riesgo
En Argentina, más del 50% de la población infantil está parasitada. Las enfermedades parasitarias afectan a personas de todas las edades y sexos, pero nuestros pequeños aventureros son especialmente susceptibles. La falta de una adecuada eliminación de heces debido a infraestructuras sanitarias insuficientes contamina suelo y agua, convirtiendo a estos inocentes terrenos en dos importantes vías de transmisión de parasitosis.
Los síntomas, esas pequeñas alarmas que no debemos ignorar
Como un fantasma que se burla de la percepción humana, la sintomatología de las parasitosis suele ser escasa, atípica o atenuada. Aquí te menciono algunos de los síntomas más comunes con los que podrían estar alertándonos de su presencia: irritabilidad, problemas digestivos, alteraciones en la piel y manifestaciones broncopulmonares.
El coprocultivo: la prueba de la verdad
Ya que nuestro enemigo es bastante sigiloso, es necesario contar con el respaldo de la ciencia en la búsqueda de estos indeseables huéspedes. El examen de materia fecal puede no sonar como la prueba más emocionante, pero es uno de los métodos más utilizados para diagnosticar las parasitosis intestinales y plantear un tratamiento adecuado. Así pues, debemos poner nuestra dignidad en pausa y entregarnos en manos de la clarividencia científica.
Las medidas de prevención: nuestra arma secreta
Si bien los parásitos pueden causar molestias y complicaciones en nuestra vida cotidiana, también contamos con herramientas de prevención sencillas que nos permiten controlarlos. Algunas de estas prácticas incluyen: la higiene personal y del hogar, el consumo de alimentos frescos y bien cocidos, y la desparasitación de nuestros animales domésticos. Así que, ya lo sabes: un buen jabón, agua caliente y una cocina responsable pueden ser nuestros mejores aliados.
Parasitología en la vida adulta: ¿cómo saber si tengo parásitos?
Si aún no has descifrado si transportas pequeños espías en tu interior, aquí te dejo algunas pistas. Los síntomas que indican la presencia de parásitos en adultos pueden incluir distensión abdominal, dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso, cansancio y, sí, la temida picazón en el ano. Como puedes ver, el organismo nos manda algunas señales. ¡Escuchemos nuestro cuerpo y actuemos pronto si algo no anda bien!
Conclusión: si están bichos en casa, ¡manda al médico a que los saque!
Si después de esta travesía parasitaria has llegado a la conclusión de que podrías estar compartiendo tu vida con estos seres indeseables, recuerda que debes consultar con un médico en caso de presentar síntomas. No olvidemos que la salud es lo más importante y que, a veces, para mantenerla en óptimas condiciones, hay que despedir a los huéspedes no deseados.