Ante la amenaza de las variantes del Covid-19, Italia ha decidido endurecer sus medidas sanitarias, por lo que a partir de este viernes las personas deberán mostrar su certificado anticovídico para entrar en establecimientos como bares, restaurantes y locales de ocio.
Esta medida se extenderá también en septiembre a los profesores y medios de transporte para prestar sus servicios.
El certificado demuestra que la persona ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus, que ha padecido la enfermedad o que ha dado negativo en la prueba.
Hasta ahora, dos de cada tres italianos ya disponen de este documento, que está disponible en versión papel y digital.
El gobierno de Mario Draghi quiere animar a los ciudadanos a vacunarse para evitar a toda costa cierres y nuevas restricciones ya este verano.A partir del 6 de agosto, el “certificado verde” es obligatorio para consumir dentro de bares y restaurantes, pero también para acceder a espacios cerrados como gimnasios, cines, teatros, museos, estadios o grandes eventos como conciertos. La medida ha provocado manifestaciones en todo el país, ya que se considera una obligación tácita de vacunarse, ya que quienes no tienen el documento quedan prácticamente excluidos del ocio y la cultura en Italia, pero también por su vaguedad. Los gerentes de los 270.000 restaurantes y bares del país, por ejemplo, se quejan de que tendrán que “vigilar” a sus clientes y denuncian una serie de contradicciones en la aplicación de la medida, entre otras cosas exigen que no se les responsabilice legalmente del uso indebido del certificado, ya que es posible que la gente se lo preste, advierte la patronal FIPE-Confcommercio. A pesar de las críticas, el Ejecutivo está convencido de la conveniencia de esta medida y, de hecho, anoche la amplió a la educación y a los medios de transporte con un decreto que entrará en vigor el próximo mes de septiembre.El certificado de salud será obligatorio para todos los profesores, desde la escuela hasta la universidad, y también para los estudiantes universitarios, y antes de la vuelta a las aulas se realizará un test de covida a toda la comunidad educativa. El decreto estipula la suspensión de empleo y sueldo para los profesores escolares que no presenten el certificado, mientras que la sanción para los universitarios dependerá de cada rector porque tienen su propio estatuto independiente.El ministro de Educación, Patrizio Bianchi, señaló que en estos momentos el número de profesores sin este documento es marginal. En materia de transporte, el certificado será obligatorio para subir a un avión y utilizar los barcos que conectan la península, excepto los que unen el estrecho que separa Calabria, la punta de “la bota italiana”, con Mesina, en la isla de Sicilia (sur). El documento también se exigirá en los trenes de larga distancia entre ciudades, en los trenes-cama y en los autobuses que atraviesan más de dos regiones, dijo el ministro italiano de Transportes e Infraestructuras, Enrico Giovannini.En el caso de los transportes, la medida estará en vigor desde el 1 de septiembre hasta el 31 de diciembre, cuando expira el estado de emergencia, a menos que se renueve de nuevo.