Unas cincuenta mujeres se manifestaron el jueves en Herat (Afganistán) para defender sus “derechos” y mantener la presión sobre el nuevo régimen talibán antes de la esperada presentación del gobierno.
“Es nuestro deber tener educación, trabajo y seguridad”, coreaban al unísono las manifestantes, algunas de las cuales portaban pancartas en las que pedían el respeto a los derechos de las mujeres.
“No tenemos miedo, estamos unidos”, gritaban, sin que los islamistas los interrumpieran, ya que han prometido una gestión más flexible que la que impusieron durante su anterior gobierno, extremadamente radical (1996-2001).
Este tipo de manifestación o expresión pública de descontento es algo inédito para los talibanes, que reprimieron sin piedad cualquier oposición durante su régimen.
“Estamos aquí para reclamar nuestros derechos…. Las mujeres y las niñas tienen miedo de que los talibanes no les permitan ir a la escuela ni trabajar”, explicó Fareshta Taheri, una de las manifestantes, interrogada por AFP por teléfono.
La manifestación tuvo lugar en Herat, capital de provincia en el oeste de Afganistán, cerca de la frontera con Irán. Es una ciudad considerada bastante liberal, al menos para los estándares afganos. Al menos una de las manifestantes llevaba un burka, mientras que las demás llevaban un simple velo que ocultaba su pelo, sus orejas y su cuello.
“Hay conversaciones para formar un gobierno, pero (los talibanes) no hablan de la participación de las mujeres. Queremos que los talibanes acepten hablar con nosotras”, comentó otra organizadora de la protesta, Basira Taheri.
“Estamos dispuestas a llevar burka si nos lo piden, pero queremos que las mujeres puedan ir a la escuela y puedan trabajar. En este momento, la mayoría de las mujeres que trabajan en Herat están en casa, con miedo e incertidumbre”, explica Fareshta Taheri, artista y fotógrafa.
Durante el primer gobierno de los talibanes en Afganistán, la gran mayoría de las mujeres y niñas se vieron privadas de educación y empleo. El burka era obligatorio en la calle y las mujeres no podían viajar sin escolta, normalmente un miembro masculino de su familia.
Ahora, tras la toma de Kabul el 15 de agosto, los talibanes dicen haber cambiado y afirman abogar por un gobierno “inclusivo”, pero sus promesas fueron desmentidas el miércoles por las declaraciones a la BBC del jefe adjunto de la oficina política de los talibanes en Qatar.
Preguntado por el futuro gobierno, que se anunciará el viernes, Sher Mohammad Abbas Stanekzai dijo que “podría no haber” mujeres ministras o en puestos de responsabilidad, y que sólo ocuparían puestos de menor rango.
Una perspectiva inaceptable para los manifestantes de Herat. “Vemos los informes y no se ve a ninguna mujer en las reuniones organizadas por los talibanes”, dice Mariam Ebram, una de las manifestantes.