Las amígdalas son parte del tejido inmunológico en nuestro cuerpo y nos permiten generar contacto con los microbios del medio ambiente. Son responsables de procesar el virus y enseñar al sistema inmunológico cómo defenderse de la infección de manera más eficiente. Las amígdalas se encuentran en la parte posterior de la garganta, a ambos lados de la lengua. Están formadas por tejido linfático y actúan como filtros que capturan y detienen las bacterias y virus que ingresan por la boca y la nariz.
Las amígdalas desempeñan un papel vital en la protección de nuestro organismo contra las infecciones. Actúan como barrera de defensa, ya que capturan los microorganismos perjudiciales y activan la producción de anticuerpos para combatirlos. Además, también ayudan a estimular la producción de células de memoria en el sistema inmunitario, lo que permite una respuesta más rápida y eficaz ante futuras infecciones.
Es importante destacar que las amígdalas pueden ser retiradas quirúrgicamente en tres casos principales. En primer lugar, cuando hay infecciones recurrentes que no responden adecuadamente al tratamiento médico. También se recomienda su extracción cuando las amígdalas están tan agrandadas que obstruyen la vía respiratoria, lo cual puede causar dificultad para respirar y problemas de sueño. Por último, si se detectan tumoraciones benignas o malignas en las amígdalas, la cirugía puede ser necesaria para su eliminación.
Partes de las amígdalas y su función
Las amígdalas son estructuras importantes en el sistema inmunológico del cuerpo humano. Estas se dividen en diferentes partes que desempeñan distintas funciones para proteger al organismo de posibles infecciones.
Las amígdalas palatinas son las más conocidas y se encuentran a ambos lados de la parte posterior de la garganta, en la orofaringe. Tienen forma de nuez y están formadas por tejido linfático. Su principal función es luchar contra las infecciones, ya que contienen células inmunes que combaten y eliminan los gérmenes dañinos.
Por otro lado, las amígdalas faríngeas, también conocidas como adenoides, son una parte crucial del anillo de tejido llamado anillo de Waldeyer. Se ubican cerca del techo de la nasofaringe y su función es similar a las amígdalas palatinas. Estas amígdalas también contienen tejido linfático y células inmunes que ayudan a combatir las infecciones en el área de la garganta y las vías respiratorias superiores.
Además, existen las amígdalas linguales, que se encuentran en la base de la lengua, debajo del tejido amigdalino que está revestido de tejido linfoide, similar al de las amígdalas palatinas. Aunque se consideran parte de las amígdalas, su función exacta no está del todo clara. Sin embargo, se cree que también participan en la defensa del cuerpo contra las infecciones.
Enfermedades que afectan a las amígdalas más comunes
Las enfermedades que afectan a las amígdalas más comunes son:
- Amigdalitis y faringitis recurrentes: La principal causa de amigdalitis y faringitis recurrente son las infecciones virales. Se presentan con dolor al tragar y fiebre elevada. En niños, se considera normal hasta 7 infecciones de este tipo al año. Se tratan con analgésicos de vía oral y en casos de amigdalitis bacteriana a repetición se puede considerar la amigdalectomía.
- Lesiones en las cuerdas vocales y alteraciones de la voz: Se debe estar alerta frente a una disfonía que dure más de 15 días. Si se presentan alteraciones o problemas de la voz que se repiten a lo largo del año, también se sugiere consultar con un especialista. En personas que usan su voz laboralmente, pueden quejarse de fatiga o cansancio vocal, lo cual puede indicar problemas en las cuerdas vocales.
- Disfagia o problemas para deglutir: La disfagia se refiere a los trastornos o problemas al momento de alimentarse, de comer y tragar el alimento. Puede ser lógica, cuando el paciente presenta problemas progresivos para tragar, o ilógica, cuando las molestias no presentan un patrón claro en relación a las consistencias y evolución en el tiempo. Las causas pueden ser diversas, como enfermedades neurológicas, accidentes cerebrovasculares, problemas en la laringe, entre otros. El tratamiento dependerá de la causa que produzca la disfagia.
- Crup o laringitis aguda: Es la infección de la laringe por el virus parainfluenza. Es más frecuente en los niños pequeños y puede causar dificultad respiratoria y estridor. El tratamiento más utilizado es la administración de corticoides para desinflamar la vía aérea.
Síntomas de enfermedades de las amígdalas
Las enfermedades de las amígdalas, como la amigdalitis, pueden causar molestias y afectar nuestra salud. Es significativo conocer los síntomas para poder identificar y tratar adecuadamente estas afecciones. A continuación, mencionaremos los síntomas más comunes de la amigdalitis aguda y crónica.
Síntomas de la amigdalitis aguda:
- Dolor intenso en el área de la garganta.
- Dolor que se extiende hasta los oídos.
- Dificultad para tragar.
- Dolor de cabeza.
- Fiebre.
- Voz gangosa.
- Adenopatías cervicales con dolor.
- Tos.
- Pérdida del habla.
- Producción excesiva de saliva.
- Fatiga.
- Aparición de placas de exudado sobre los tejidos de las amígdalas.
Síntomas de la amigdalitis crónica:
- Inflamación permanente de las amígdalas y los ganglios linfáticos.
- Disfagia (dificultad para tragar).
- Halitosis (mal aliento).
- Rebrotes frecuentes de amigdalitis aguda.
Si presentas alguno de estos síntomas, es relevante acudir a un médico para obtener un diagnóstico preciso. El médico realizará una revisión de tu garganta y, en algunos casos, solicitará estudios complementarios como hematologías o análisis de exudado para determinar la naturaleza de la infección. Recuerda que el tratamiento dependerá del tipo y gravedad de la enfermedad, pudiendo incluir el uso de analgésicos, antibióticos y, en casos necesarios, la cirugía de amigdalectomía.
Cuándo se recomienda extirpar las amígdalas
La extirpación de las amígdalas se recomienda en diferentes situaciones, entre ellas:
- 1. Amigdalitis de repetición: Cuando un paciente ha sufrido más de seis episodios de amigdalitis documentados en un año. Esta es una condición recurrente que puede afectar la calidad de vida del paciente y requerir la extirpación de las amígdalas.
- 2. Hipertrofia esencial de las amígdalas: Cuando las amígdalas se encuentran excesivamente agrandadas, pueden causar problemas respiratorios como apneas, que son interrupciones en la respiración, o dificultad para tragar. En estos casos, la extirpación de las amígdalas puede aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
- 3. Enfermedades generales asociadas: En algunos casos, los pacientes pueden presentar enfermedades generales que requieran la extirpación de las amígdalas como parte del tratamiento. Es vital que el médico evalúe cada caso de forma individual y determine si esta intervención es necesaria.
Es fundamental destacar que no todos los cambios en las amígdalas requieren atención o tratamiento. Si un niño se encuentra bien y no presenta fiebre u otros síntomas evidentes, no es necesario acudir al pediatra. Sin embargo, en los casos mencionados anteriormente, la extirpación de las amígdalas puede ser una opción válida para mejorar la salud del paciente.
Además de la extirpación de las amígdalas, existe otra intervención quirúrgica llamada amigdalotomía. En esta cirugía, no se extirpan las amígdalas, sino que se reduce su tamaño. La amigdalotomía se utiliza para tratar problemas como el ronquido y el síndrome de apnea obstructiva durante el sueño tanto en niños como en adultos. Esta opción puede ser recomendada por el médico en casos específicos en los que la extirpación completa de las amígdalas no sea necesaria.
Procedimiento de extirpación de las amígdalas y recuperación
El procedimiento de extirpación de las amígdalas, también conocido como amigdalectomía, es una cirugía realizada para tratar diversas condiciones relacionadas con las amígdalas. Algunas de estas condiciones incluyen la amigdalitis recurrente, complicaciones debido al agrandamiento de las amígdalas, sangrado de las amígdalas y otras enfermedades poco comunes. Anteriormente, la amigdalectomía era una intervención frecuente para tratar la inflamación e infecciones de las amígdalas. Sin embargo, en la actualidad se realiza principalmente para tratar problemas respiratorios asociados a trastornos del sueño.
La amigdalectomía es un procedimiento quirúrgico que suele llevarse a cabo bajo anestesia general. Durante la cirugía, se extirpan las amígdalas, las cuales son dos masas de tejido ubicadas en la parte posterior de la garganta. Para acceder a las amígdalas, se utiliza un instrumento llamado laringoscopio, el cual permite al cirujano visualizar y trabajar en el área de manera segura. Una vez que las amígdalas son removidas, se sutura el área para evitar el sangrado.
Después de la amigdalectomía, es común experimentar dolor de garganta y dificultad para tragar. Es importante descansar y mantener una hidratación adecuada durante la recuperación. Algunos alimentos fríos o helados pueden ayudar a aliviar el dolor. Es recomendable evitar alimentos calientes o irritantes que podrían irritar la zona. El tiempo de recuperación después de una amigdalectomía suele ser de al menos 10 días y hasta 2 semanas. Durante este período, es posible que se necesite tomar analgésicos recetados por el médico. Es fundamental seguir todas las instrucciones postoperatorias y asistir a las citas de seguimiento para asegurar una recuperación adecuada.
Riesgos y complicaciones de la extirpación de las amígdalas
La extirpación de las amígdalas, también conocida como amigdalectomía, es una operación común en la infancia para tratar diversas afecciones. Sin embargo, según investigadores, este procedimiento puede conllevar riesgos y complicaciones a largo plazo.
Un estudio encontró que la amigdalectomía está vinculada con un riesgo relativo casi triplicado de enfermedades del tracto respiratorio superior, como asma, influenza, neumonía y trastorno pulmonar obstructivo crónico (EPOC). Esto significa que aquellos que se someten a la operación tienen mayor probabilidad de desarrollar estas enfermedades en comparación con aquellos que no se la practicaron.
Por otro lado, la adenoidectomía, que es la extirpación de las adenoides, también conlleva riesgos. Este procedimiento se relaciona con un riesgo relativo más que duplicado de EPOC y un riesgo relativo casi duplicado de enfermedades del tracto respiratorio superior y conjuntivitis.
- Además, se encontró que el riesgo relativo para aquellos que tuvieron la operación aumentó de cuatro o cinco veces para la otitis media (inflamación del oído medio).
- También se observó un aumento significativo en el riesgo de sinusitis.
Estos hallazgos son importantes a tener en cuenta, ya que nos indican que tanto la amigdalectomía como la adenoidectomía pueden implicar riesgos y complicaciones adicionales a largo plazo. Es fundamental que los médicos y los padres estén informados sobre estas posibles consecuencias antes de decidir someter a un niño a estos procedimientos.
Cuidados después de extirpar las amígdalas
Después de extirpar las amígdalas, es crucial tomar en cuenta ciertos cuidados para una adecuada recuperación. La recuperación completa por lo general toma alrededor de 2 semanas, aunque si solo se extrajeron las glándulas adenoides, la recuperación suele ser más rápida, durando solo unos pocos días. Durante este tiempo, es normal que el niño experimente dolor o molestia en la lengua, la boca, la garganta o la mandíbula.
Es posible que el niño presente algunos síntomas durante el proceso de curación, como:
– Nariz congestionada
– Secreción nasal (que puede contener sangre)
– Dolor de oído
– Dolor de garganta
– Mal aliento
– Fiebre leve durante 1 a 2 días después de la cirugía
– Hinchazón de la úvula en la parte posterior de la garganta
– Recomendación de escupir la sangre en lugar de tragarla si hay sangrado en la garganta y la boca.
Para aliviar la molestia en la garganta, se recomienda consumir alimentos blandos y bebidas frías como:
– Gelatina
– Budín
– Pasta
– Puré de papas
– Crema de trigo
– Compota de manzana
– Helado
– Sorbete
– Yogur
– Paletas bajos en grasa
– Malteadas
– Huevos revueltos
– Sopa fría
– Agua
– Jugo
Sin embargo, se deben evitar alimentos y bebidas como el jugo de naranja y de toronja, que contengan mucho ácido, así como alimentos calientes y picantes, alimentos ásperos como verduras crudas y crujientes, cereales fríos y productos lácteos ricos en grasa.
El proveedor de atención médica puede recetar analgésicos para aliviar el dolor, pero se debe evitar el uso de medicamentos que contengan ácido acetilsalicílico (aspirina). En su lugar, se puede utilizar paracetamol (Tylenol) para el dolor, siempre consultando al proveedor. Es crucial estar atento(a) a cualquier señal de complicaciones y llamar al médico si el niño presenta fiebre persistente o alta, sangrado intenso de la boca o la nariz, vómito con mucha sangre, problemas respiratorios graves, náuseas y vómitos continuos después de 24 horas de la cirugía, o incapacidad para ingerir alimentos o líquidos.
Alternativas a la extirpación de las amígdalas
Existen alternativas no quirúrgicas para tratar afecciones relacionadas con las amígdalas, como la medicación o los cambios en el estilo de vida. En caso de una infección, los analgésicos y los antibióticos pueden proporcionar alivio temporal, pero es clave tener en cuenta que su uso prolongado no se recomienda en casos de infecciones recurrentes.
Es significativo saber que las amígdalas y las adenoides tienen tendencia a encogerse a medida que el niño crece. Esto significa que no siempre es necesario someterse a una operación para extirparlas. Sin embargo, es fundamental consultar con un médico para evaluar cada caso de forma individual y determinar cuál sería la mejor opción.
En el caso de adenoides agrandadas que bloquean el paso del aire por la nariz, es posible considerar el tratamiento con esteroides como una alternativa a la cirugía. Los esteroides pueden ayudar a reducir la inflamación y abrir las vías respiratorias, lo que permite una mejor respiración sin necesidad de una intervención quirúrgica.
Recuerda siempre consultar con un médico para obtener más información y determinar la mejor opción en cada caso particular. Cada persona es diferente y es fundamental recibir un diagnóstico adecuado antes de tomar cualquier decisión sobre el tratamiento de las amígdalas.
Especialistas en trastornos de las amígdalas en México
Si estás buscando especialistas en trastornos de las amígdalas en México, aquí te ofrecemos información relevante sobre este tema. Las amígdalas, también conocidas como anginas, son dos pequeñas masas de tejido que se encuentran en la parte trasera de la garganta. En algunos casos, cuando las infecciones de las amígdalas son crónicas o no responden a otros tratamientos, se puede realizar una cirugía llamada amigdalectomía.
En adición a esta cirugía, también existe la adenoidectomía que consiste en la extracción de las adenoides, un tejido que se encuentra por encima del techo de la boca, detrás de la nariz. En ocasiones, ambas cirugías se llevan a cabo al mismo tiempo, en una operación conocida como adenoamigdalectomía. Es relevante mencionar que estos procedimientos se realizan bajo anestesia general y el tiempo de recuperación postoperatoria suele ser de aproximadamente cinco horas.
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