Las grasas trans son un tipo de grasa alimentaria que se produce cuando los fabricantes de alimentos convierten aceites líquidos en grasas sólidas, como manteca o margarina. Estas grasas se conocen como aceites parcialmente hidrogenados (PHO). Consumir demasiada grasa trans en la alimentación incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y otros problemas de salud.
En México, las grasas trans se encuentran en muchos alimentos fritos, empacados o procesados, como alimentos fritos y rebozados, manteca y margarina en barra, pasteles, tartas y galletas horneados comercialmente, y masa refrigerada. También se pueden encontrar pequeñas cantidades de grasas trans en alimentos de origen animal como carnes rojas y lácteos, pero en su forma natural no causan preocupación.
El consumo de grasas trans afecta la salud de varias maneras. Estas grasas aumentan el colesterol LDL (malo) y reducen el colesterol HDL (bueno), lo que puede provocar la acumulación de colesterol en las arterias y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares como enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. Además, el consumo excesivo de grasas trans puede contribuir al aumento de peso y aumentar el riesgo de diabetes, enfermedad cardíaca y otros problemas de salud.
Para reducir el consumo de grasas trans, se recomienda evitar los alimentos fritos, empaquetados y procesados que las contienen. Es importante leer las etiquetas de información nutricional de los alimentos para identificar la presencia de grasas trans. Los fabricantes de alimentos están obligados a detallar las grasas trans en las etiquetas. Se debe prestar atención a la cantidad de grasas trans por porción y buscar la presencia de “parcialmente hidrogenado” en la lista de ingredientes. En México, existen regulaciones que limitan la cantidad de grasas trans permitidas en los alimentos procesados, con el objetivo de proteger la salud de los consumidores.
Cuáles son los alimentos que contienen grasas trans en México
En México, los alimentos que contienen grasas trans son varios y se encuentran presentes en diferentes productos que consumimos a diario. Estas grasas trans son conocidas por ser perjudiciales para la salud y aumentar el riesgo de enfermedades del corazón. A continuación, te mencionamos algunos de los alimentos que contienen grasas trans en México:
- Mantecas vegetales
- Margarinas
- Galletas saladas y dulces
- Caramelos
- Comida tipo snack
- Frituras
- Palomitas de microondas
- Comidas fritas
- Pasteles
- Dulces y aderezos para ensaladas
- Alimentos hechos con aceites vegetales parcialmente hidrogenados
Estos alimentos suelen ser muy populares y ampliamente consumidos en México. Las industrias galletera, panadera, repostera y confitera, así como la de botanas y frituras son las principales responsables de utilizar grasas trans en sus productos.
Para evitar los riesgos que conllevan las grasas trans, el Gobierno de México ha tomado medidas al respecto. Ha decretado la modificación a la Ley General de Salud para prohibir las grasas trans añadidas en el proceso industrial de alimentos, bebidas no alcohólicas y aceites y grasas comestibles. Esta medida, que promueve un estilo de vida más saludable, entrará en vigor 108 días después de su decreto, es decir, en medio año.
Riesgos para la salud de consumir grasas trans en México
Las grasas trans son consideradas el peor tipo de grasa que se puede consumir, ya que aumentan el colesterol “malo” y reducen el “bueno”. El consumo de este tipo de grasas aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, una de las principales causas de muerte en el mundo.
- Enfermedades cardíacas: El consumo de grasas trans aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, como la arteriosclerosis y los ataques cardíacos. Estas grasas se acumulan en las arterias, estrechando el flujo sanguíneo y aumentando la presión arterial. Esto pone una carga adicional en el corazón y puede llevar a problemas graves de salud.
- Colesterol alto: Las grasas trans aumentan los niveles de colesterol “malo” o LDL en el cuerpo, lo cual aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Además, reducen los niveles de colesterol “bueno” o HDL, que es necesario para mantener una buena salud cardíaca.
- Diabetes tipo 2: El consumo de grasas trans se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Estas grasas afectan la forma en que el cuerpo utiliza la insulina, lo que puede llevar a resistencia a la insulina y al desarrollo de la enfermedad.
- Obesidad: Las grasas trans son altamente calóricas y su consumo excesivo puede contribuir al aumento de peso y la obesidad. El exceso de peso aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer.
Las grasas trans se forman a través de un proceso industrial que añade hidrógeno al aceite vegetal, lo que hace que el aceite se vuelva sólido a temperatura ambiente. Se encuentran en muchos productos que consumimos con frecuencia, como pasteles, galletas dulces, tartas, manteca vegetal, palomitas para microondas, pizza congelada, masa refrigerada, papas fritas, donas, pollo frito, salsas, helados, botanas saladas y dulces, crema de leche para café y margarina.
La industria de alimentos ha buscado procesos para elaborar productos con menos grasas trans, pero aún hay productos con exceso de estas grasas a la venta. Para reducir el consumo de grasas trans, se recomienda revisar el etiquetado frontal de los productos, evitar los productos procesados, elegir productos lácteos reducidos en grasas, limitar el consumo de comida rápida y comparar las diferencias entre distintas marcas para elegir las que tengan menos grasas trans. Un consumo excesivo de grasas puede provocar enfermedades crónicas y afectar la salud.
Regulaciones sobre las grasas trans en México
La Secretaría de Salud de México ha aprobado una modificación a la Ley General de Salud para prohibir el uso de aceites parcialmente hidrogenados, conocidos como grasas trans, en los alimentos y bebidas no alcohólicas. Esta medida, impulsada por la Secretaría de Salud, tiene como objetivo reducir la prevalencia y mortalidad cardiovascular metabólica en el país.
Estudios sugieren que el consumo de grasas trans causa casi 20 mil muertes prevenibles al año en México. Por esta razón, se ha añadido el artículo 216 bis de la Ley General de Salud, cumpliendo con las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como los acuerdos alcanzados en la Declaración de Río de Janeiro “Las Américas libres de grasas trans” de 2008.
México se une a otros países como Canadá, Estados Unidos y Dinamarca, que ya han prohibido el uso de aceites parcialmente hidrogenados y grasas trans. Con esta medida, se busca mejorar la salud de la población y combatir enfermedades cardiovasculares. El decreto entrará en vigor 180 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Alternativas saludables a las grasas trans en México
En México, se ha implementado una medida legislativa para limitar el contenido de grasas trans en los alimentos. El artículo 216 Bis de la Ley General de Salud, decretado el 24 de marzo de 2023, establece que los alimentos, bebidas no alcohólicas, aceites y grasas comestibles no podrán exceder el 2% de ácidos grasos trans de producción industrial del total de ácidos grasos. Esta medida entrará en vigor 180 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
La tecnología de alimentos ha avanzado hacia la investigación de alternativas más saludables para la producción de grasas sólidas. En la última década, se han logrado avances considerables en la tecnología de estructuración del aceite utilizando sistemas coloidales semisólidos conocidos como oleogeles. Los oleogeles incorporan un alto porcentaje de aceite líquido dentro de una red estructurada compuesta por un (oleogelador).
Entre los oleogeladores más utilizados se encuentran las ceras (candelilla y abeja), triacilgliceroles, proteínas (chícharo y suero de leche) y polisacáridos (etilcelulosa y xantana). Además, se está investigando la síntesis y caracterización fisicoquímica de nuevos oleogeladores a partir del galactomanano, un polisacárido del endospermo de la semilla del mezquite, para su uso en la producción de oleogeles estructurados con ésteres de galactomanano en productos como pasteles, galletas, margarina, crema batida, embutidos y quesos.
Estas alternativas permiten obtener grasas sólidas saludables a partir de ácidos grasos insaturados presentes en los aceites de origen vegetal. Al optar por estas opciones, se promueve una alimentación más balanceada y se reduce la cantidad de grasas trans consumidas, lo que contribuye a mantener una salud cardiovascular adecuada. Además, al utilizar los oleogeles, se conserva la textura y la funcionalidad que las grasas sólidas tradicionales aportan a los productos alimenticios, sin comprometer la calidad ni el sabor.