Nuestro planeta es ahora más cálido que nunca en los últimos 12.000 años: el calentamiento global antropogénico, vinculado a las emisiones masivas de CO2, ha llevado a la Tierra a temperaturas récord nunca vistas desde la existencia de civilizaciones humanas asentadas. Estamos caminando en un “territorio inexplorado” que los modelos climáticos habían predicho y descrito bastante bien. Estas son las conclusiones de un importante estudio publicado en Nature, que aclara un malentendido sobre el clima en el pasado que ha sido repetidamente acribillado por los escépticos del cambio climático.
¿Cuál es el malentendido?
El malentendido es el llamado “enigma de la temperatura del Holoceno”, la época geológica en la que nos encontramos, un periodo interglaciar que comenzó hace 11.700 años. Los modelos climáticos describen un calentamiento continuo desde el inicio del Holoceno hasta el presente; sin embargo, las estimaciones de las temperaturas globales a partir del análisis de los fósiles marinos muestran, en cambio, un pico de calentamiento hace unos 6.000 años, seguido de un período de enfriamiento, y luego un nuevo aumento de las temperaturas a partir de la Revolución Industrial.
Este aparente desfase entre la práctica y la teoría ha llevado a algunos a dudar de la credibilidad de los modelos climáticos y ha sido aprovechado por los escépticos para poner en duda que las temperaturas modernas sean realmente más altas que las del primer periodo “cálido” del Holoceno. Y si, además, a esa fase le siguió un enfriamiento global, ¿por qué deberíamos creer que el mundo se está calentando?
En cambio, el estudio muestra que, en contra de los datos sugeridos por los estudios geológicos anteriores, las temperaturas medias anuales globales han ido aumentando durante los últimos 12.000 años, y que el calentamiento global provocado por el ser humano ha acelerado peligrosamente esta tendencia, elevándolas a niveles completamente antinaturales: ahora estamos 2,5 °C más altos que hace 12.000 años, y con concentraciones de CO2 160 partes por millón más altas que entonces. Básicamente no hay discrepancia entre lo que muestran los fósiles marinos y lo que dicen los modelos climáticos. Entonces, ¿de dónde viene el arreglo?
El foco del problema
Para responder a esta pregunta, investigadores de la Universidad de Rutgers-New Brunswick (EE.UU.) examinaron la composición química de los fósiles calcáreos de foraminíferos, organismos unicelulares que viven en la superficie del océano y que al morir se depositan en el fondo marino. Estos restos de capas registran de forma fiable las temperaturas de los océanos terrestres y, en consecuencia, las temperaturas atmosféricas. Sin embargo, hasta ahora se pensaba que podían aportar información sobre las temperaturas anuales, y no se tenía en cuenta el hecho de que estos organismos acuáticos se multiplican en verano, su periodo de “floración”.
Además, los cambios en la excentricidad de la órbita de la Tierra pueden dar lugar a períodos en los que las temperaturas son más cálidas de lo habitual en verano y más frías de lo habitual en invierno, mientras que la media anual cambia poco. Este es también un fenómeno conocido que no se había tenido en cuenta en el pasado.
Según explica The Guardian, todo esto significa que el aparente enfriamiento registrado por los fósiles marinos después de hace 6.000 años fue en realidad un error. Los foraminíferos registraban temperaturas estivales ligeramente más frías relacionadas con los cambios en la excentricidad de la órbita de la Tierra, un fenómeno que, sin embargo, no tenía ningún efecto sobre las temperaturas medias anuales, que aumentaban gradualmente tal y como indicaban los modelos.
Ahora los modelos y las mediciones “coinciden increíblemente bien y permiten confiar en que los modelos climáticos están haciendo un muy buen trabajo”, dice Samantha Bova, que dirigió el estudio. Según el científico, las temperaturas de la Tierra podrían estar ahora en su punto más cálido en 125.000 años (el último periodo cálido entre dos glaciaciones), aunque hay menos certeza sobre esta última cifra tan lejana en el tiempo.