El 27 de diciembre de 2022, se publicó una reforma a los artículos 76 y 78 de la Ley Federal del Trabajo, y como todo cambio, ha generado cierta expectación entre los trabajadores y los empresarios en México.
Hay quienes defienden la necesidad de ofrecer un descanso justo y equilibrado a los empleados que trabajan arduamente, mientras que otros se preocupan por las consecuencias económicas que podrían sufrir las empresas. ¿Vale la pena sacrificar los beneficios de los empresarios para darle un descanso al trabajador de a pie? Aquí, en el mundo de la información, consideramos que sí, porque es una necesidad básica del ser humano.
La reforma establece que los empleados tienen derecho a un periodo de vacaciones de 12 días por el primer año de servicio.
Hasta ahí todo se ve perfecto. Los trabajadores tienen derecho a descansar, incluso en el primer año de servicio, para recargar sus baterías y seguir produciendo. Pero la ley no se queda ahí. A partir del sexto año de servicio, se aumentará en dos días por cada cinco de servicio. Esto significa que aquel empleado que tenga, por ejemplo, 20 años de servicio, tendrá al menos 24 días de vacaciones al año. ¡24! ¡Eso es una eternidad! Y para ellos, es una bendición, pero para aquellos que manejan los números, esto puede ser un gran obstáculo.
En este punto, muchos empresarios se encuentran en una encrucijada. Por un lado, ofrecer un descanso justo puede mejorar el rendimiento y la productividad de los trabajadores, lo que a la larga, se traduce en mayores ganancias y beneficios para la empresa. Pero, por otro lado, ofrecer tantos días de vacaciones puede influir en los trabajadores para dejar su trabajo, ya sea para descansar o explorar otras oportunidades, y eso no puede ser beneficioso para esta comunidad.
El artículo 78 establece que el empleado deberá disfrutar de al menos doce días de vacaciones continuos, pero puede distribuirlos según considere necesario.
Esto significa que si el trabajador quiere tomar sus vacaciones a lo largo del año -una semana cada dos meses-, lo puede hacer. Esta opción es una excelente noticia para aquellos que quieren un poco de tiempo libre en términos regulares, en lugar de tener un tiempo prolongado en una sola ocasión.
Existe una contradicción entre el artículo 78 y el artículo 81 que establece que será el patrón el que determine la fecha en la que el empleado deberá tomar sus vacaciones.
Esto puede ser una fuente de confusión para trabajadores que esperan tener la libertad de decidir cuándo tomar sus vacaciones. El hecho de que el patrón tenga el derecho de determinar cuándo exactamente pueden tomar sus vacaciones, podría desilusionar a muchos trabajadores. Por otro lado, los patrones podrían programar las vacaciones de sus trabajadores en momentos más apropiados para sus empresas, como en los momentos en los que la actividad comercial está en su mínimo, por ejemplo.
Como se puede observar, tanto los empleados como los empresarios necesitan dialogar al respecto para encontrar un equilibrio.
La reforma entrará en vigor el 1 de enero de 2023, y ya existen diversas interpretaciones sobre la forma en que deberán computarse las vacaciones acumuladas durante 2022.
Esta es una de las cuestiones que más dudas suscita entre los trabajadores y las empresas. ¿Cómo se van a acumular esas vacaciones? ¿De qué año se van a contar? ¿Se podrá tomar más de un periodo de vacaciones en el mismo año? Esto es algo que tendrá que ser resuelto en su debido tiempo, pero como escritor, debo decir que el hecho es que, a partir de 2023, se realizarán cambios importantes en la estructura del trabajo en México.
Las empresas deberán actualizar sus contratos individuales de trabajo y políticas internas para establecer un procedimiento claro para la solicitud y autorización de vacaciones, así como la forma en que se acumularán las mismas por el tiempo trabajado en 2022.
¡Qué lío! Todo esto puede parecer complicado, y lo es. Al final del día, la ley rebasa los derechos básicos del trabajador, por lo que es natural que los empleadores se sientan en desacuerdo al respecto. Por otro lado, esto es lo que las personas trabajadoras han estado necesitando durante tanto tiempo, y debería ser reconocido de esa manera.
Para algunos empresarios, estos cambios en la ley de vacaciones significan un golpe en las finanzas y en la producción, pero para los empleados, es el alivio que necesitan para desconectarse del trabajo por un tiempo y, posteriormente, rendir al máximo.
A final de cuentas, ambos puntos de vista son válidos, pero como sociedad, ¿a cuál de ellos debemos inclinarnos? Es importante que reflexionemos sobre esto porque no afectará solo a las empresas y a los trabajadores, sino que puede tener consecuencias importantes en el futuro no muy distante.
En conclusión, la ley de vacaciones es simplemente el primer paso hacia una distribución más justa de los beneficios laborales.
La ley proporciona, con justicia, el descanso que los trabajadores merecen después de trabajar arduamente y ofrece una oportunidad a las empresas, de formular procedimientos efectivos que permitan a sus empleados disfrutar de un merecido descanso. Al final, todo se resume en que debemos estar en la constante búsqueda del equilibrio y hacer lo que mejor convenga a la sociedad en su conjunto.